Señora
mía anoche vinisteis a mis aposentos a pasar la noche conmigo.
Llegásteis
ligera de ropa y nos aprestamos a pasar una noche de reyes
jugadores.... ufff.
¿Cómo
se desarrolló la noche?, parece preguntar vuestro rostro.
Primero,
sensualmente os despojásteis y me despojásteis de eso tan
innecesario a veces llamado ropa..... Sensual como una gata os
fuisteis quedando en piel morena para después pasar a desposeerme de
aquello que tapa lo que el vulgo llama vergüenzas.
Tras
largo tiempo sin vernos las manos recorrieron los cuerpos,
reconociéndose, la yema de los dedos, las uñas, las palmas iban
tocándose lentamente mientas los labios, las lenguas, se entretenian
en besos, chupetones,lametones enervantes. A veces una corriente
eléctrica corría la columna vertebral. Terminado el reconocimiento
táctil, pasamos al reconocimiento por los labios. Beso a beso,
centímetro a centímetro, os recorrí todo el cuerpo, me
recorrísteis todo el cuerpo, sin dejar rincón por muy púdico que
fuera sin besar, sin lamer o relamer según los casos, Dependiendo
del lugar, se elevaba un suspiro amoroso que se escapaba por la
ventana llegando a los montes. Hasta los bosques andaban alegres por
no decir cachondos... Terminado el besuqueo fueron los sexos los que
entraron en acción, no con movimientos de entradas y salidas aún.
Los sexos, como antes las manos y los labios se fueron friccionando
por todo el cuerpo del otro, a veces en posturas harto dificultosas
pero que el placer que recibían y otorgaban hacían agradables.
Terminadas
estas tres fases entramos en la cuarta. Y el verbo entrar es el más
adecuado. Yo en vos , vos en mi, con dedos, lengua, colocando vuestro
agujerito en mi estaca. Todo lenta, muy lentamente para que el acto
fuera lo más placentero posible. Y sin duda lo fue. Os
elevábais,suspirábais, y de pronto de vuestro pecho surgía un
rugido como de haber llegado a la cima de la montaña y os
encontrarais ya liberada de
la dificultad de la subida. Pero no sólo vos, yo también llegué a
ese punto. Los dos al tiempo suspiramos, os volcáteis sobre mi pecho
y jadeantes nos dispusimos a recuperar la respiración. Una vez
tranquilos, las manos y las lenguas empezaron de nuevo con el
jugueteo,y así hasta que caimos exhaustos pero con una alegría que
no habíamos sentido en mucho tiempo. ¿Alegre? ¿Contento? No, el
cuerpo se sale de si mismo de tanto placer.
He
sido invitado por vos a pasar la noche juntos, ya llevo un buen rato,
como presumo que necesitáis descansar no os apremio, pero mis manos
os recorren en un intento de masajearos y que el cuerpo se relaje.
Imprevistamente habeis llevado mi mano a la cueva del placer, al
conejo, el chocho,
chichi,coño o como lo llaméis. Entre sueños, para que no se
resfríe habéis dicho. He obedecido y ahí estoy.
No prometo que los deditos no se
introduzcan dentro de vos, de todas formas será de manera
suave........para que sigáis gozando y descansando a un tiempo. Así
en esa tesitura, os beso suavemente y os deseo los mejores sueños en
lo que queda de noche. Amor.
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