jueves, 22 de noviembre de 2018

POEMAS DE LA ALMOHADA


PROLOGO

Sei Shonagon es una de las grandes escritoras japonesas de la Era Heian. No se cpnoce mucho de su vida , pero sí se sabe que estuvo al servicio de una de las emperatrices de la época.
Bella, inteligente, fue además, rival, y según se mire, de la señora Murasaki Shikibu, la autora de la Historia, Romance, Novela de Gengi, diversas son las formas de traducir.
Muy fuera de las convencionalidades a as que estaban avocadas las damas de la época, podríamos decir que fue una mujer bastante y libre y además una gran escritora.
Su libro representativo es “El libro de la Almohada”. Una historia dice que la emperatriz le regaló una resma de papel, producto muy caro en la época, y que lo tenía colocado en la cabecera de su cama para cuando se le ocurriera algo escribirlo.
Sea o no así, sirva el título de esta colección de poemas como homenaje a tan gran libro, fino libro que habla de todo y presenta a la aristocracia, y quizás se podría traspolarizar en el tiempo y en el espacio , el ser humano. Leyéndolo se me escapó más de una sonrisa: “¡Ah, han pasado 1.200 años y no hay cambios.....!”
Mi poemario está escrito al levantarme y al acostarme. A veces, nada más despertar surgía alguna idea producto del sueño o sensación al mirar por la ventana y verle la cara al cielo, durante el día cuajaba el poema y al anochecer, antes de dormir, lo escribía.
Sea cierto o no lo que hacía la señora Shonagón puedo decir que yo sí lo he escrito teniendo la almohada por soporte del papel.
Al que lo lea, simplemente, espero que le agrade o al menos que no le desagrade.








POEMAS DE LA ALMOHADA

1
Por la falda del monte
la niña viene
montadita a caballo
el mar la quiere.


2
El misterio de tus ojos
saber quisiera
Amores escondidos
dolor y esencia
La vida te fluye
El amor te alimenta
El misterio de tus ojos
saber quisiera.


3
Canción de amor
Canción de amor
sale del alma
del corazón
Duerme mi niña
entre mis brazos
La luna se asombra
envidia tiene
de la niña tan linda
que a mí me quiere.


4
En la almohada
aquí a mi lado
te siento tranquila
respirando
suspirando
Dolor, amor
Risa y dolor
se van mezclando
Mis labios en los tuyos
te voy besando
Aliento te doy
vida me das
Qué será mañana
Dios lo sabrá
Vivamos hoy
lo que será, será.

5
A la una de tiniebla
hora en que el amor
busca su alimento
te busco
me buscas
nos buscamos
por las laderas del cielo
Besos de raiz cósmica
nos crean
Abrazos de luz
de sombra
y de alegría
crean las estrellas
en el acoplamiento
del sol y la luna
del cielo y la tierra
Volcanes de pasión
se precipitan
con la caricia de tus senos
erizada por el placer
piden la boca
el agua que sofoca
el fuego interior
que lo rebosa
Luz del día
noche enamorada
cuando silenciosa
a mi lado descansas.


6
Cuerpo enmarcado
en la amplitud de mis brazos
dando amor
amor eterno.


7
Desnuda esencia
vestida de espuma y cielo
El profundo añil celeste
frente al verde marino esmeralda
del mar de los sueños
Blanca y roja
pasión y pureza
dice el manto
de tus sueños
Arenas de tu piel
en que recreo los sueños
de mis constantes llantos
Hoy me abrazo a tí
y al fin me duermo
como el niño precipitado al sueño
con el seno aún alimentándolo
Estrella y norte de mi ser
constelación marina
eterno abrazo de los sueños
Hoy como ayer.
ayer como mañana
sólo sé decir:
te amo.


8
El sol, la luz y
fuego en el corazón.
Resurgió el amor.


9
Espera
Tormenta del corazón
Dulce palabra
Cielo azul
Corazón en calma.


10
Espera
Tormenta emocional
Dulce palabra
Cielo azul
Corazón en calma.


11
El viento,
la brisa de la tarde
mueve las ramas de la esperanza.
Movimiento de bocas
que parlotean
que sonríen.
El cielo
azul como los deseos
más celestiales.
El corazón palpita.
La voz esperada,
la voz a tí debida,
alcanza el oido.
Razón de amor
a pesar del dolor
de la distancia.
Todo se aplaca.
Río desbordado del sentir
vuelve a la calma.
Un abrazo, un beso,
profundo como el mar,
profundo como el cielo
se alcanza
y el calor del abrazo
calienta el alma.


12
Sonrisa de tu boca
de tus labios jugosos
como melocotón almibarado.
Recorres mi ser esta noche de cansancio
y me conduces al sueño,
un sueño en el que te sueño
te beso, te abrazo,
te amo en las profundidades de tu alma.
Te abrigo, me abrigas
en tus brazos
y la noche avanza
hacia la madrugada.


13
El día se despertó
con lágrimas cálidas
Lágrimas de amor
Lágrimas de alegría
Lágrimas que funden el dolor
en el crisol del corazón
El día, la lluvia,
lágrimas de amor.


14
Hola lindo
Hola linda
Llueve
Sí, llueve
El agua riega la tierra
La tierra sedienta de amor
Riégame con tu sonrisa
Ríégame con tu aliento
Riégame con el aroma
a almizcle y yerbabuena
de tu cuerpo
Sal y agua marina
Riégame y embriágame
con el vino del amor.
Que el corazón y las estrellas
se unan aquí junto al mar
como tu cuerpo y el mío.


15
El verano se levanta
con todo el calor
de tu corazón
Arrasas lo que encuentras
alimento de tu ser
Fundidos luna y sol la noche se hace luz
Las estrellas sonrien
iluminan el camino
del amor




16
A la hora bruja
en que te embarcas
en la pasión del amor
te sueño y te recojo
en mi seno enamorado.
Tú que das luz
al que vive en las tinieblas
A tí me encomiendo
en este trance
en que el amor,
ciego y niño rebelde
hacia el camino que debe se dirije
A tí, luz del corazón,
oscuridad total de los ojos
de este mundo,
me abrazo y me fundo
como los ríos en el mar
Yo no soy yo
soy contigo uno.





17
Dolor,
camino hacia la luz
Dolor,
camino hacia el amor
El amor,
el amor, cara y cruz
de la vida, amor.


18
Tus ojos
el cielo con que sueño
Tus labios
el suave vino del amor
ambrosía de los dioses
Tus pechos
la dulce miel que alimenta
el corazón de la vida
Tu cintura
jarras del mundo
en que se asienta
lo mejor del sentimiento
Toda tú
sin sombra
sin resquicio de duda
perfección eterna
amor sin retorno.


19
Playa
albura de los sueños
fondo que integra
la perfecta figura
que te abarca
Prieta como juventud primera
Un imán para mi deseo
incontrolable
Perfecta figura deseada
deseante ser
que me acompaña.


20
Déjate llevar entre mis brazos
paloma
Te recibo desnuda de dolor
y ausencia
Sólo tú, presencia pura,
espíritu alado de juventud
Enlaza con tus besos
mi corazón desparramado
Uno quiere ser mi sentimiento
Atravesarte de amor y de ventura
Vivir la vida, llegar al sol
Abrazarnos y abrasarnos
será la prueba del amor
Déjame arribar a tu puerto
penetrar en tus profundas interioridades
allá donde la tormenta no alcance.
Sólo dicha, placer y olvido
del dolor del tiempo
que en retirada se bate.


21
La Luna de tu cuerpo
velada en la noche
encuentro
Capas algodonosas
chorrean amor
Nado en las aguas
de tu cuerpo sereno
Encuentro tu ser
como siempre
hermoso
Nubes de algodón
Mar de mis suspiros
Tierra a cultivar
Tronco de olivo
Allá dondes las tierras
y el sol se abrasan
Abrazo de amor
cada noche
cada mañana
Sudores de tu cuerpo
semillas de mi ser
El fruto maduro
que un día será....


22
Tus manos recorren
mi cuerpo dolorido de ausencias
Bajo el calor del agua
acarician mi piel
mis sentimientos
Poderosas, mágicas manos
para el amor hechas
Excitada serenidad del alma
abriendo los ojos
a tu presencia
A través de tus manos
me deshago
me concierto
en polvo de estrellas
Polvo que te riega y te alimenta
para renovar cada día
el amor que nos lleva
Esta noche sin Luna
refulgen tus ojos
cuando contemplas mi cuerpo
acariciándolo con tus manos bellas.


23
Tú eres la tierra
yo soy el agua
que de la nube
se derrama
sobre tus entrañas.
Entra y penetra,
dulce, suave,
busca las grietas
busca las fallas
para ir adentro
allá más adentro
donde tu ser
el agua reclama.


24
Tú, cuerpo,
ay, mi morena,
tu cuerpo serrano
sobre la playa.
Desnudo de alta Luna
Yo soy el agua
Yo soy la ola
que a tus perfiles
llega, envuelve,
por la piel resbala.
Cada gota un beso,
cada reguero
una caricia
que quiere
alegrarte el alma.
Morena de alta Luna
tendida como una diosa
sobre la playa
yo soy la ola
que te envuelve
y ama.


25
Está ahí,
frente al mar.
Con su cuerpo
de diosa recien salida
de las profundidades.
Se muestra reluciente
como el mármol
brillando bajo la luz del sol.
Es bella,
sencillamente hermosa,
es , sencillamente, ella
Dueña de sí misma,
de mis sueños dueña.




26
Entre tu cara
y mis ojos
una capa de nuebes espesas
el rostro tapan.
Por los montes azules
de la esperanza
tu rostro vislumbro.
¡Ay, qué linda
se ve mi niña
cuando se lava la carita
con agua clara,
con agua que mana
de la Alcazaba.!


27
VIENTO GARDUÑO
Te busco y te rebusco
por entre la seda de tu falda,
seda como la piel
te acaricio
y me deleito
yema de los dedos
sobre tu ser.
La punta del sentir
eriza el vello que te cubre
en el sentir saltando
buscando otra caricia.
La mano aprieta
pomonas de tu pecho
manzanas dulces
como miel recién hecha.
Entre tus muslos ardientes
la mano estrechas
aprietas aquello que te transmito
desde mi pecho,
que huya no quieres.
Hambre de siglos al hombre
realidad se han hecho.
Entro, embrague y desembrague,
la directa meto.
La carroza de tu cuerpo,
caballo encabritado
que monto y domo
como potro en barbecho.
La tierra se abre toda
a la lluvia caliente de mi pecho
a la simiente
caliente que entra
se deposita.
Semilla de vida
vida resurgiendo
en la tierra
en la luna
sobre los albores
del cielo.
Hoy te abro y te riego
recíbeme amor
con todo deseo.


lunes, 12 de noviembre de 2018

UNIVERSIDAD DE LA VIDA


Creo que fue Kant quien dijo que los pueblos suelen tener una visión positiva de sí mismos y, generalmente, una visión que podríamos llamar negativa sobre los pueblos que existen fuera de sus fronteras. Esto se refleja en el lenguaje de manera paradigmática. Todo lo que pertenece al interior es Civilización, todo lo exterior es Bárbaro, “Yaban”, Salvaje.
Cuando uno llegó por estos pagos, pasado han ya más de dos décadas, se lo hicieron sentir hasta hacerle doler las raices del pelo.
Los japoneses son educados, son atentos, son amables, saben mantener las formas, saben comportarse...
Hoy, pasado mucho tiempo, he vuelto a montarme en el tren y he vuelto a ver, a observar, a contemplar a la gente y su comportamiento.
En los primeros años de estancia por estos lares yo decía que donde más cosas había aprendido de Japón era en el tren, que el tren era la Universidad de la Vida, del comportamiento.
No voy a escribir con animaversión hacia Japón, ni con ningún sentimiento negativo. Digamos que me voy a limitar a contar lo que he visto, porque hoy se me ha vuelto a mostrar esa cara que los propios japoneses conocen de sí mismos, pero muchas veces no quieren ver. En realidad es algo muy humano y común a cualquier pueblo. Y a veces, considero, para ser completos, aunque no se haga con malos hígados, también hay que mostrar al foráneo la cara menos amable de uno mismo, porque de no hacerse así, al ver el que viene de fuera que entre lo que se le dice y lo que él ve hay una gran diferencia, un gran desfase, puede considerar que los japoneses son,como mínimo, mentirosos, cosa que no se puede, evidentemente, hacer extensiva a todos ni a todo.
Una de las cosas que primero llama la atención en el tren son las lecturas. Mucha gente lee, incluso en posturas inverosímiles. No sueltan la novela, el manga, el periódico.... Esto, evidentemente, no tiene nada que ver con el mal comportamiento, al contrario, es de envidiar. Lo que ocurre es que cuando uno mira el tipo de libros que mucha gente lee en el tren, el contenidos de los manga, o el de algunos periódicos, según la hora, las ganas de vomitar que entran son increibles.
Un día, alguien, una señorita, treinta y algunos años, iba leyendo una novela delante de mi en el tren. Sardinas en lata. Inevitablemente mi vista tropezaba con su libro. Era una novela de kiosko, claramente pornográfica. No le negaré yo el derecho a leer tales textos, pero a las ocho y media de la mañana, con un tren abarrotado y en una postura en la que uno no podía deducir si le estaban provocando.... ¿Quién llama a los sátiros del tren? En algunos momentos creo que hay demasiado victimismo, no siempre, evidentemente.
Son las caballeros ¿? los que por la tarde suelen, cansados, se supone, de trabajar, abrir los periódicos, con unas páginas centrales que rozan algo más que lo erótico, o las revistas, ya, claremente peludas a la vista de todo el mundo.
En la oficina no se debe ver, en casa está la señora y los niños, se ve en el tren, donde se pierde la vergüenza social. Lo privado es privado y lo social, nadie sabe de dónde es, quién es su dueño.
Hace veinte años no se veía a las mujeres maquillarse en el tren. Iban más o menos maquilladas, más o menos elegantes, bonitas, pero no se veía ese paisaje de las, generalmente, jovencitas, a veces no tanto, sacando sus trebejos de belleza y acicalarse como si ante el espejo de su cuarto de baño se encontraran.
Ciertamente es mejor y más agradable ver una cara bellamente maquillada que otra que no lo esté, pero...¿esas cosas son para hacerlas en el tren? Y no sólo en el tren. Puedo atestiguar que una vez, en medio de una clase de la universidad, una jovencita, linda por otra parte, se puso a maquillarse mientras yo hablaba. Por supuesto: “Fuera, hazlo en el servicio o guarda los trebejos ahora mismo”. Uno se pregunta si ciertas cosas son para dichas en la universidad. ¿Se está tratando con chiquitos de escuela primaria? Parece que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Vayamos ahora a los niños y a las madres en el tren. Los niños, cuando salen de la escuela, salen como toritos dando trompicones. A veces corren por el tren, molestando, dando trompones y nadie les dice absolutamente nada, nadie se mete con lo que no es familiar, con lo desconocido. Una puñalada trapera les puede venir por algún rincón del cuerpo y ellos sin enterarse.
Más de una vez me he visto en la necesidad de gritarles a un grupo de críos para hacerles ver que están molestando. Y el público contando mariposas. Alguna vez en el andén he tenido que apartar a un crío que estaba sentado con los pies colgando sobre las vías. Y la gente buscando mariposas.
Pero lo más ilustrativo y educativo es cuando el crío, crío al fin, están claramente molestando y las, generalmente, mamás se ponen a buscar mariposas. Son estas mamás las que después presumen de buena escuela, buena educación, buenos modales, ante sus conocidos porque ante la sociedad son de un sordo subido. ¿Mi niño? ¡Imposible!
Como toda sociedad tiene sus normas, hay cosas que uno no se atreve a comentar. Al menos en el mundo hispano, es de buena educación ceder el asiento a una persona mayor, una persona herida, una mujer embarazada etc. Yo no me atrevo a afirmar que todo el mundo lo haga, pero... a uno le inflaron la cabeza con el respeto a los mayores, incluso con un día de fiesta dedicado a los mayores etc.
¿Cuántas veces se ve que el/la mayor está sufriendo de pie en el tren y el/la más joven pasa olímpicamente de tan respetada persona. El choque que produce ver esto al que viene de fuera es grande.
En todo este tiempo parece, parece, que la tendencia a cumplir con lo que se dice se va cumpliendo de manera efectiva. Pero existe otra cuestión que al menos llama la atención. Es la misma actitud, generalmente, de los mayores. Su postura es la de decir, sin palabras: Tengo derecho a sentarme. A veces se ven esas personas que de primera impresión tienen de respetables sólo la edad, pero no la persona, lo que le hace a uno pensar que tal vez el que no cede el asiento pueda tener razón.
Algún que otro comentario se ha oido como el que sigue: Un español se dispuso a cederle el asiento a un señor mayor. “No gracias. No necesito el asiento. Yo soy un samuray”. ¿Creería que el que le cedía el asiento era un enemigo americano? Afortunadamente parece que esas actitudes van siendo abandonadas. La comunicación japonés/extranjero va limando muchas asperezas.
Encomiable labor es la que realizan los servicios de trenes en lo que concierne a la educación pública.
En los primeros años de mi estancia por estas tierras se llamaba continuamente la atención sobre el uso de la música y los auriculares. El ruido infernal que produce a veces el tren hacía elevar el volumen de la música que, por otra parte, se escapaba por los auriculares.
Aunque a veces las llamadas de atención podían resultar pesadas, lo cierto es que poco a poco fueron surgiendo efecto incluso entre los productores de dichos productos. Han mejorado, se han perfeccionado, y aunque queda algún que otro aparato despistado, en general ahora no se escapa el ruido, que no música, por los auriculares.
La labor actual consiste en llamar la atención con el teléfono móvil, o celular. Estos aparatos pueden producir efectos perjudiciales sobre marcapasos y otros aparatos médicos incrustrados en personas enfermas.
Por otra parte es una verdadera molestia escuchar conversaciones privadas cuando no se debieran escuchar. ¿Quién habla de privacidad en Japón?.
Ciertamente que es un aparato útil, necesario, imprescindible en muchas ocasiones. Saber dónde está el límite entre lo imprescindible y la molestia es verdaderamente difícil.
Se oye a la persona poco acostumbrada dando casi voces con el dichoso aparato, al amartelado joven hablando de amor con la novia, a la joven gritándole al que está al otro lado del hilo que por qué dice esto o aquello, como si le estuvieran conculcando sus derechos... Pero son los que verdaderamente necesitan el aparatito los que mejor se comportan.
Se esconden el auricular tras la mano y hablan como pidiendo disculpas o dicen que cuando bajen del tren llamarán ellos o...
Actitudes que parecen van devolviendo a la sociedad japonesa el sentido de lo que originalmente fue, una sociedad bien educada.
La última vez que volví a España me encontré con el mismo paisaje dentro del Ave, el Shinkansen español.
A veces esa buena educación es sólo fachada. A veces hay caras que matarían al vecino por quítame allá esas pajas. Son momentos en que la tensión se masca en el ambiente y no es raro que en un instante de apretujones totales alguien acabe pegando un grito y se escape algún que otro golpe.
Evidentemente el estrés en esos momentos hace de las suyas. Pocas veces he visto esa situación, pero siempre ha sido entre persona mayor y joven, hombres. Alguna vez se ha llegado a las manos.
¿Las mujeres no se pelean? Como en todas las cosas, las mujeres suelen ser más refinadas. Las serpientes que salen por sus lindas bocas no desmerecen de la brutalidad masculina. Digamos que los empujones son más disimulados, pero la tensión, el estrés, la mala leche no tiene sexo. Tiene formas.
Son algunas notas sobre el comportamiento “poco educado” de los japoneses en algunos momentos.
No creo que sea peor que lo que se produce en otros sitios, simplemente que a veces se olvida o quiere olvidarse y presentar sólo la cara bonita de las cosas.
En última instancia se trata de no caer en la simplificación: Es A o es B. No, se trata de ver las sociedades, las personas, como son, con A y con B y aceptarlas tal cual, con lo bueno para potenciarlo, con lo malo para, si es posible, eliminarlo. Al fin y al cabo no creo que seamos tan diferentes.

No hay animaversión en mis palabras. También es de justicia decir que estas impresiones se circunscriben al área de la llamada región de Kanto en la que, por lo alto, se pueden concentrar muy bien unos cuarenta millones de personas, toda la población de España.