APROXIMACION
PERSONAL A UN POEMA DE
FEDERICO
GARCIA LORCA:
ROMANCE
DE LA PENA NEGRA
Mucho
se ha escrito sobre Lorca y su obra: tanto, que pretender ser
original o presentar tesIs nueVas resulta una pretension subida de
tono.
No
pretendo hacer aportaciones nuevas, sólo una aportación "personal
", lo que no implica que la misma aportación no haya sido hecha
por otros, de ser así yo todavía no la conozco.
Muchas
son las formas de acercarse, de aproximarse a un texto, a cualquier
texto literario de cualquier pais: la de las escuelas críticas de
distinto orden y calibre, las arbitrariamente históricas, las
ideológicas, las... ¡en fin, montones!
En
ésta,mi breve y personal aportación, puede haber un poco de todo.
Digámoslo ya: fue una visión, una comprensión instantánea, de lo
que , a mi parecer, significa la Pena Negra en la poesia, en la vida
de Lorca. Se podría decir que es una aproximación intuitiva, que
puede ser tan o tan poco válida como otro tipo de aproximación
cualquiera.
Esa
"intuición " se produjo cuando llevaba pocos meses de ser
estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Granada, en mi cuarto año de estudiante universitario. Había leido
a Lorca, pero no estaba tan imbuido del amor, yo diria mítico, casí
místico , que se Ie profesa en Granada, como para haberme dejado
llevar por un sentimiento irracional. Es más, creo que mucha gente
lee a Lorca u otro cualquier autor, sin haberse puesto a
reflexionarlo, lo que me parece lleva a hablar , muchas veces, con un
sentimiento de amor sin sentido.
El
tiempo, largo tiempo ya , fue corriendo como por un cauce escondido,
desde su alba hasta su despertar en letra. Desde entonces otras
lecturas he hecho de Lorca y sobre Lorca. Creo que fue POETA EN NUEVA
YORK la que más profundo dolor me causó. Y digo profundo dolor en
el sentido físico del término, porque, si bien yo no me siento
capaz de explicar una obra tan impresionantemente alucinante como
POETA EN NUEVA YORK, en términos, valga la palabra, científicos, si
me siento capaz de sentirla desde el fondo de los huesos.
Para
mí el ROMANCERD GITANO, la Pena Negra, es una poesía que ve al
hombre, al ser humano desde su dimension de humano y ser enraizado ,
poesia enraizada en la tierra, sentida en la tierra, en una tierra
rica y fértil que nos es quitada cada día metafísica o
físicamente, en provecho de unos pocos. Digo el hombre, no el
gitano, porque me parece que el gitano es sólo y exclusivamente el
símbolo de ese hombre, aún vivo y aleteando, expulsado del mundo de
los dioses, de la gracia divina, que sólo tiene la tierra , cuando
la tiene, para morir. Tierra de la que es expulsado, tierra
negada.... ;Ay! Dolor multiple en su valor de simbolo.
El
hombre le niega al hombre la tierra, y el macho a la hembra su
condición de hembra igual en valor al macho, su condicion de mujer,
de ser humano. Los gitanos, la mujer gitana, en este caso, por mujer,
por gitana , por andaluza, pandereta del España y del mundo durante
largo tiempo, asume el simbolo que sube desde el escalón de ser
individual , por gradación, al de símbolo de madre-tierra maldita y
mancillada.
Cuando
yo llegué a Japón, a los pocos dias, escuche un concierto
de
KOTO, cuyos efectos todavía me quedan grabados en los rincones del
alma. La melancolía de la música, del poema, que alguien me iba
explicando, no era para mí sino otra forma de decir lo que el Cande
Jondo dice, lo que los cantos de los negros en los algodonales del
Sur de Estados Unidos decían, anhelando su libertad perdida:
negación de tierra y vida.
Al
llegar a Japón, desde mi Córdoba, pequeñita y enraizada, y meterme
en una ciudad tan desmesurada como Tokyo, un puñal se me clavó en
el costado. Un puñal que me hizo gritar de nuevo. Puñal - grito -
pena negra que todos llevamos clavada, de cuya combinación salió el
poema que transcribo: Granada, N. York, Tokyo. Creo que no hay mucho
más que decir. Transcibo mi poema, el poema de Lorca en la segunda
parte de este trabajo, y a continuación mi "intuición-comentario
al poema lorquiano.
II
...
POR EQUIVOCACION
Vengo a buscar lo
que busco,
mi
alegría y mi persona.
F. Garcia Lorca
Soledad Montoya,
gitana a ultranza
y por
equivocación,
baja cada dia,
sola, Soledad,
por
el monte claro del Albaicín.
Mariko Nakamura,
oriental a ultranza
y por
equivocacion,
recorre cada dia
Shinjuku, Nakano,
o se pierde por
las verdes llanuras de
Hokkaido.
Nancy Smith,
yankee a ultranza
y por
equivocacion,
mira hacia el
EMPIRE STATE
o
hacia la gran mole de WALL STREET.
Soledad, Mariko,
Nancy...
¿Qué
importa al fin y al cabo, Granada,
Tokyo , Nueva
York?
El hombre, como el
pajaro,
busca su vuelo
por las nubes, por
el aire,
por el infinito
azul de la Vida.
Soledad, Mariko,
Nancy...
¿Qué
importan los nombres cuando
ese sentimiento de
humanidad
perdida
se agranda como
una bestia
recorriendo el
mundo?
¿Qué
importan los nombres cuando
el
HOMBRE se siente SOLO?
El
poema salio así, sin más. No pretende ser ni bueno ni malo. Un día
lo escribí y hoy esta aquí. Para el que no lo conozca o no lo tenga
a mano, reproduzco el poema de Lorca, segun la edición de
Espasa-CaIpe, en su Colección Austral, edición de 1972.
ROMANCE DE LA PENA
NEGRA
a José Navarro
Pardo.
Las piquetas de
los gallos
cavan buscando la
aurora,
cuando por el
monte oscuro
baja Soledad
Montoya.
Cobre
amarillo su carne,
huele a caballo y
a sombra.
Yunques ahumados
sus pechos,
gimen canciones
redondas.
Soledad,
¿porquién preguntas
sin
compaña y a estas horas?
Pregunte por quien
pregunte,
dime:
¿a ti qué te importa?
Vengo a buscar lo
que busco,
mi alegria y mi
persona.
Soledad de mis
pesares,
caballo que se
desboca,
al fin encuentra
la mar
y se lo tragan las
olas.
No me recuerdes el
mar,
que la pena negra,
brota
en las tierras de
aceituna
bajo el rumor de
las hojas.
jSoledad,
qué pena tienes!
iQué
pena tan lastimosa!
Lloras zumo de
limon
agrio de espera y
de boca.
iQué
pena tan grande! Corro
mi casa como una
loca,
mis dos trenzas
por el suelo,
de la cocina a la
alcoba.
iQué
pena! Me estoy poniendo
de
azabache, carne y ropa.
;Ay mis camisas de
hilo!
iAy
mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu
cuerpo
con
agua de las alondras,
y
deja tu corazón
en paz, Soledad
Montoya.
*
Por
abajo canta el río:
volante de cielo y
hojas.
con flores de
calabaza,
la nueva luz se
corona.
¡Oh
pena de los gitanos!
Pena
límpia y siempre sola.
i0h pena de cauce
oculto
y
madrugada remota!
III
Con
un fondo de belleza resplandeciente, tras un fondo de luz y sombra,
nítido, un aullido negro venía de otros mundos. Soledad, Montoya.
Soledad, sola, siempre sola, por mujer y por gitana. Soledad,
pisoteada de siglos, por el macho que no lo es o no sabe lo que es.
El bruto que entumece tu cuerpo, que lleva tus hijos hacia la muerte
en la guerra, a esa carne de tu carne, a esa sangre de tu sangre, ese
hombre, que sólo puso la semilla, y que piensa sólo en su honor,
ese hombre es el que te pisotea.Por gitana, por Montoya, tú, sola.
Andaluza, pandereta de España, pandereta de Europa. Gitanos de la
charanga y pandereta que revolvía el estómago a Machado, ¿no es
contra eso contra lo que escribe Federico, desde otros alcazares? Por
gitana, par mujer, por andaluza y por española, Federico te dolió
hasta los huesos. Pero tú, bajas, cobre amarillo : gitana, española
de otra orilla llegada, de otros mundos. Dicese de la India o de
Egipto. ¿De donde viene tu pena? Clavada estás en un monte de
Graná, pero tú vienes de más allá. Sí, amarilla, tal vez
desterrada ya, quien sabe por qué, desde tu primer nacimiento. Asia.
Desterrada desde tu misma aurora. ¿Qué se busca? ¿Es un nuevo
amanecer lo que buscas o esos gallos de las picas buscan hacia atrás
su propio principio?
¿Un
nuevo amanecer que no existe o tu raiz buscan? ¿Qué, qué es lo que
buscas?
Noche
de diciembre. Granada. El frío que se cala hasta los huesos cuando
subimos al Sacromonte. Gitanas, gitanos, flamenco de tres al cuarto
para turista borracho que no sabe por donde anda. Me llevaron por un
camino. Allá muy lejos, a lo lejos, la Alhambra. Resonancia
Oriental, iluminada y bella, bajo una blanca torta de luna fría. El
viento se filtraba por las rendijas de los montes llegando hasta las
rincones mas oscuros de la sangre, hasta la medula.
¿Lola
Montes? ¿Es así como se llamaba la cueva? Las cuevas del Sacromonte
son lugares llenos de misterio de siglos. Gitanos garbosos, con
navaja, tal vez, bajo la chaquetilla, aplaudidos, pero despreciados
en el fondo, de siempre, de lejos, por su vida, contra todo aquello
que les han querido imponer, librando su derecho a ser libres. Poesía
de charanga y pandereta o, en el mejor de los casos, símbolo de lo
que viene mas allá del tiempo.
Conversación
al amor del fuego. Tema: los gitanos y Lorca, y unos azulejos
supuestamente firmados por el artista. La cueva de Lola Montes y el
primer teatro lorquiano. Fuera hace frío, sopla el viento... La
conversacion se desarrolla al amor del fuego...
Ya
es hora, ya es tarde... La hora de partir. El callejón era oscuro
cual boca de lobo. En frente la Alhambra, iluminada con resonancias
de otros mundos, La oscura salida la iluminaba, en perpendicular la
luna, blanca, fria como cuchillo que se clava, daba luz suficiente a
ese oscuro infiemo. Y los perros... Un instante, un segundo tal
vez... iGuauuuuu, Guauuuuuu! Aullaron, aullaron de dolor, pena,
rabia, tristeza, odio.... Aullaron por siglos reconcentrados, con voz
de acibar, con voz de llanto de otros desconocidos mundos.
Senti
los aullidos clavarse en mi estomago, en mi costado. ¡La pena negra!
Aquello era....
Pena
negra, caballo y sombra: caballo libre del viento descansa en lo
umbroso de los campos, a la vera del árbol, viviendo, viviendo. Sí,
libre. caballo de vida. Soledad. Dura de carne y fuego. Fuego, fuego
de vida, fuego que no podría hacerse dentro de una casa, porque una
casa significa estabilidad, tranquilidad, raiz, tradición. Tú no
tienes tradición, tú no tienes tradición. Tú lloras al darle a tu
hijo ese pecho de yunque forjador de vida y forma. Lloran y lloran
tus pechos mientras le cantas a tu hijo. Has perdido tu casa, allá,
tal vez en el alba del tiempo.
¿Y
todavía te preguntan? ¿Y todavía quieren saber qué buscas? Está
claro. Tú misma, lo que no te han dejado ser. Está tan claro que no
haría falta preguntar, pero las gentes son tan ciegas, o tan
cínicas... que preguntan.
¿Por
quién preguntas, sola, sin compaña, ¡anatema! y de noche? Claro,
tú, mujer, debes estar en casa de noche. Allí, para pudrirte, como
es tu deber, ¿verdad?
Eso
es lo que quieren...
Pero
Soledad, sola... vida que busca libertad, libertad tan cara, caballo
loco, ¿dónde vas? ¿No entiendes que el mar, la vida, tú sola no
podrás con ella? ¿No entiendes que ese no es tu oficio? ¿No
entiendes que eso de ser libre no se ha hecho para ti? Esas alas de
la vida, esas nobles explicaciones te tragaron a ti, a tu ansia de
vida. La vida es eso... Aguante. iMalditos! ¡E1 Mar!
No,
el mar no es muerte, el mar puede ser vida. ¿Y qué importa que el
mar sea muerte o vida? ¿Qué importa? No es en el mar donde está el
dolor. El mar puede ser principio o fin de todo. El agua corre, se
desborda, vibra y siente y va a dar al mar..." Nuestras vidas
son los rios que van a dar a la mar que es el morir"
¿Y
aquí? ¿Y aquí en esta tierra ? ¿En esta tierra mía de siglos, en
esta tierra de dolor, explotación, miseria y pena? Por mujer, por
gitana, por andaluza y española , ¿quereis que le tenga miedo al
mar cuando de siglos me habeis robado la vida, la sangre, me habeis
envenenado con vuestras mentiras?
No,
la muerte no es nada, el dolor es la tierra, es el olivo de la vida.
El olivo, símbolo de los dioses del Olimpo. iAy, el olivo! Bajo sus
hojas, bajo sus ramas se escondieron mis pechos, hurtados a la vida,
se escondieron mis nalgas buscando vida desde los sexos putrefactos.
Si,
Soledad me llamo, y estoy sola, triste ya , y mustía; tan mustía
que parezco muerta . Mi carne ya no sirve, ya no es joven, vosotros ,
los grandes, los ricos, los portentosos, los poderosos del olivo y la
vid, (vida al fin) ya no me quereis, ya no me necesitais para adornar
vuestras salas de vicios y placeres.
Zumo
de limón, no, las palabras se quedan cortas: acibar. Agria tengo la
sangre, de esperar, de llorar, de... ¿que Dios que ya no lo sé? Ya
no me salen, ya no me acuden las palabras a la boca, y no acuden
porque han sido pisoteadas y mancilladas durante siglos ¿Me
entendeis?
Siglos
de dolor llevo sobre mis espaldas. Tanto dolor que me estoy volviendo
loca. Girar, girar en la voltaria rueda del destino. Mi pelo de joven
y doncella, mis trenzas de mujer arrastro de la comida, de la cocina,
al lecho de la muerte. No , no tengo placer de vosotros. Negra pena,
pena negra, tan negra como el azabache se va a poner mi sangre, mi
cuerpo de tanto esperar... Mi ropa, mi fina ropa de recien casada.
Amor, ilusión ¿Qué fue?, ¿en qué quedó?... Agua clara, pura y
límpia de la mañana necesito para mi cuerpo y mi corazón, si no me
lavo, si no me limpio de esta suciedad que me aplasta, ¿cuál será
mi fin como ser humano, como mujer, como andaluza, como gitana o lo
que yo sea?
Soledad,
¡AY! ¿dónde irás a parar?
*
Agua
que corre, río de la vida, río que trae de siglos, cauce oculto,
las penas de los hombres, de los gitanos. Azul reflejo del cielo,
verde de la esperanza, vida al fin, amarillo, calabaza, cresta del
sol cuando sale por Sierra Nevada. El rio, claro, de la Soledad, de
la pena, del dolor del hombre, se abre a un nuevo amanecer, a un
nuevo día, a ese nuevo día al que todos abrimos los ojos, pero que
no sabemos dónde empezó. ¿Dónde empezó ese dolor del hombre?
El poeta no lo
dice, no dice nada.... Todo viene de una madrugada remota....