domingo, 12 de agosto de 2018

LAVADO DE CEREBRO



Vienen a la memoria aquellos tiempos en que había que colocarse bajo la
manta para escuchar lo que estaba pasando en España.
Los medios de comunicación escondían la verdad al pueblo. Todo se sabía por la espalda, sin más. Y el pueblo esn la inopia realmente. Ya tenía suficiente con poder comer cada día, lo que para muchas personas era una auténtica aventura.
Se maldecía al gran jefe por sus actitudes dictatoriales y se maldecía a los perros que se alimentaban del Gran Perro a costa del pueblo. Se nos decía que Oriente era el paraiso, un paraiso lleno de fango en realidad, en el que teóricamente existe libertad de expresión, pero que es una libertad que dirige hacia el rebaño. Todo aquel que disiente puede ser asesinado, sin más, limpiamente, pero asesinado. Se le llora con lágrimas de cocodrilo gigante y se va anulando la libertad de elección.
En nombre del respeto, el poder no respeta, los perros de la oposición lamen los huesos de la gran cena. Todo el mundo satisfecho. Aplaudiendo la idea de un nacionalismo trasnochado, pero siempre a la defensiva, como la raposa.
País, cultura que viene por la espalda y proclama la virtud del grupo. Las desgracias naturales y no tan naturales se han cebado en el país. Alrededor de 20 mil muertos y desastres por todos lados.
Admirable presentación del llanto. Todos somos responsables, por eso debemos.... pagar desastres.
Ni en el terremoto de 1926, si después de la guerra se subieron los impuestos especialmente. ¿Por qué ahora sí hay que hacerlo? Metiendo a todos en el mismo saco, todos se sienten responsables de un país que en realidad no parece que sea el suyo.
Toda la información va dirigida hacia eso. Nadie levanta la voz para decir al Gran jefe que está equivocado. Lo importante es conservar el propio cuello, cuando con ello lo que se consigue es ponerlo más en peligro.
Un país que gracias a la protección USA ha subido como la espuma y que parece creer que todo seguirá igual.
Al ver las universidades en que se estudia economía se comprende por qué todo va cuesta abajo. Ojos vidriosos, como pescado muerto ya desde hace tiempo. Acciones que se repiten por mimetismo y no por voluntad. Un título es un papel que queda perfectamente colgado en la parte interior de la puerta de un servicio, porque más valor que eso no tiene. Y todo el mundo agradecido. La opinión personal brilla por su ausencia. Todo el mundo lamiendo las sobras que les dejan.
Hace treinta años no se vendía casi lotería. Actualmente son cientos de millones. La única explicación al fenómeno es que ya no se cree en la fuerza del país. Se ha pasado de un creer en sí mismos a un terminar creyendo en la fortuna. Pero tampoco se dice a quién ha tocado ¿Por? La envidia, la posibilidad de ser asaltado, el desear para sí lo que el otro tiene...
Son algunas de las características de este pueblo tan cerebro lavado. Y todos tan felices.

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