EL
REGRESO
Llamó
al timbre. Llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Ella abrió sin
preguntar quién era.
Estaba
en la cocina preparando un rico guiso de pueblo, un guiso de esos que
se pegan al riñón y que los jóvenes se negaban a comer porque
engordaba mucho.
Llevaba
una cuchara en la mano y cuando lo vio se le cayó al suelo. Los ojos
se le abrieron como platos y la palabra se le fue de la boca.
-¡¡¡¿Tú?!!!!
Se
le lanzó al cuello y lo abrazó, lo llenó de besos. Prácticamente
lo arrastró hacia el interior.
-Pero,
¿cómo? ¿Qué has hecho? ¿Dónde has estado? Nos has tenido
muertos de miedo buscándote. Pendejo, que eres un pendejo, en tanto
tiempo ni una carta, ni una llamada telefónica. ¿A qué has venido,
eh?
A
ella se le rompió la bolsa del silencio. Quería matarlo y al mismo
tiempo comérselo a besos. ¡Dios, qué alegría! ¡Cuánto había
sufrido! ¡Cuánto por aquel maldito que se le habia metido hasta el
núcleo de la sangre!
-Bueno,
si me dejas entrar, descansar un rato y me das un vaso de agua
podremos hablar.... He venido aquí porque es el único lugar donde
puedo hablar con alguien. Pensaba irme a un hotel o a una posada o a
dormir en los bancos de la estación.
-
¿Pero qué dices? Maldito seas, ¿no es ésta tu casa?
-
Pero tú, seguro que no quieres verme ni en pintura.
-
Tonto, más que tonto, retónto. Se nota que nunca has sabido lo que
significas para mí....
-Entonces...
-Entonces,
nada. Espera un momento, primero el vaso de agua.
-Y
alguna aspirina o algo así, que me duele todo el cuerpo....
Ella
fue a la cocina y le trajo lo que le había pedido. Eso de la
aspirina era ya más antiguo que Matusalem. Tanto había cambiado la
farmacopea durante ese tiempo de ausencia.
Se
lo tomó, se quitó la chaqueta y se sentó en el sillón en que
tantas veces se habían amado. Todos los recuerdos se le vinieron de
golpe a la mente. El corazón le palpitaba. Ella vio que temblaba.
-¿Estás
bien?
-La
verdad es que no mucho. Necesito tal vez descansar un poco , pero no
quisiera....
-¿No
quisieras qué...? ¿Qué piensas hacer? Esta es tu casa, te guste o
no te guste, así que cállate ya, porque digas lo que digas no te
voy a dejar que te vayas. Vamos a ver, te voy a preparar el baño y
después vamos a comer....
Ella
se fue al baño, puso la bañera media de agua caliente. Le sacó
ropa de dormir para que se cambiara y se lo llevó para la bañera.
Estaba
tan mal que no tenía fuerza para nada. Lo fue desvistiendo y echando
la ropa en la cesta de la ropa sucia.
-¡Venga,
adentro!
Lo
primero fue ducharlo para que el sudor le fuera resbalando, como
muchas veces él había hecho con ella. Lo enjabonó como a un niño
chico. El obedecía a todo lo que ella decía. Entre otras cosas
porque apenas tenía energía.
-Bien,
mientras preparo la comida, termina tú.
-De
acuerdo.
Ella
iba a salir del baño . Lo miró y le tiró un beso con todo el
cariño del mundo.
El
sacó la mejor sonrisa que pudo en la situación en que estaba.
Siguió poco a poco restregándose lentamente. El agua caliente le
llegaba hasta lo más profundo. El cansancio parecía ir
desapareciendo.
Mientras
tanto ella terminó de preparar un delicioso cocido , comida que a él
siempre le había gustado mucho. Preparó una sopa de arroz
aromatizada con yerbabuena y una ensalada de lo más variado.
Mientras él terminaba ella lo llevó todo al salón comedor. Cuando
terminó se acercó a ver cómo le iba a él. Ya estaba para salir de
la bañera y secarse.
Quitó
el tapón de la bañera y mientras el agua se iba, ella cogió la
toalla y se la echó por la cabeza. Empezó a secarlo de la manera
que había aprendido de él. Suspiraba el hombre, ¿de goce, de
descanso del cuerpo? Ya habría tiempo para esas cosas.
El
agua se marchó y lo sacó de la bañera. De arriba abajo lo terminó
de secar. Le fue dando la ropa para el descanso. Terminado lo peinó.
Parecía mucho más decente y fresco que cuando llegó.
-¡A
comer...!
Se
sentaron a comer. Antes de eso , brindaron.
-¡Por
tu vuelta a casa!
-Gracias....
Comieron
despacio, casi en silencio, pero un silencio lleno de sentidos. Se
miraban y sonreían. El parecía especialmente gozar con la comida.
-¡Cuánto
tiempo sin tomar cosas como estas!
-¿Qué
has comido en estos años?
-Pastillas.
-¿Cómo?
-Sí,
no te lo vas a creer , pero la historia se parece a la de Jonás y a
la de Job al mismo tiempo, en versión futurista.
-Oye,
oye, que no has bebido tanto.
-
Lo sé. No, no estoy ebrio y no creo que después del tiempo pasado
sea cuestión de idear bromas pesadas.
-Bueno,
ja,ja,ja.... ¿No me irás a decir que te han raptado seres
extraterrestres?
-
No sé si esa sería la expresión , pero más o menos...
-Espera,
espera.... Vamos a recoger esto y tomando café me lo cuentas.
Fueron
llevando los platos y vasos a la cocina. El los transportaba y ella
los iba lavando y colocando en su sitio. Un cuarto de hora más tarde
todo estaba recogido.
Se
sentaron en el sofá. Ella quiso acurrucarse en sus brazos, pero él
se negó.
-No,
por favor. Ahora no, después, después de que me escuches.
-Bien,
bien. Toma, aquí tienes el café.
A
ambos lados del sofá había unas mesitas para colocar las tazas.
-¿Recuerdas
que fuí a pescar con nuestro amigo Juan en su barquillo.
-Sí,
exacto, y no volviste.
-El
tiempo estaba estupendo, no parecía que nada pudiera ocurrir en
estas aguas tan tranquilas.
-Todo
el mundo se quedó estupefacto con la desaparición del barco y de
sus ocupantes, aunque Juan apareció muerto varios días después en
la misma playa. Nadie
se
ha podido explicar qué pasó, ni los expertos más expertos del
país.
-Así,
de pronto, cuando menos lo esperábamos bajo el barco apareció una
ballena de esas que aparecen en los dibujos animados.
-Se
buscó y rebuscó durante mucho tiempo con todo tipo de artilugios,
pero no hubo señal ni de animal, ni de elemento metálico, de nada.
-Desde
luego la tecnología extraterrestre está más avanzada que la
terrícola. Esos aviones que no captan los radares son nada comparado
con lo que en realidad existe.
-Oh
lalá....., sigue.
Tomó
un sorbo de café. Parecía ir recuperándose de su estado. ...
-Una
ballena, por llamarlo de alguna manera, nos tragó, vamos, como lo de
Jonás. Llegamos bastantes metros adentro de aquel bicho. Cuando el
barco paró estábamos en un lugar plano. Todo el agua desaparecía
por los costados. Nuestro amigo ya había entregado su alma a Dios,
como se diría en este día del Corpus. Vinieron a recogerlo y se lo
llevaron. Había una especie de calderas.¡Plaf!, sin complicaciones.
Allí lo echaron y en un instante incineración total.
-Pero
en la playa apareció entero....
-Vete
tú a saber, quizás fue una ilusión óptica producida por las
tecnologías. En fin.... Yo andaba como transtornado, pero más o
menos consciente. Vinieron a recogerme unas mozas.
-¿Ehhhhhhh?
Ja,ja,ja,... ¿No me dirás que te violaron?
-Bueno,
yo no sé qué fue aquello pero lo cierto es que me llevaron a una
especie de habitación muy cálida y cómoda. Y lo mejor, eran dos
mozas con tu rostro.
-¿Quéeeeeee?
-Lo
que oyes. Después supe que la gente del planeta se tranforma en
función de lo que piensa el ser raptado. Y evidentemente mi único
pensamiento eras tú. Lo preocupada que deberías andar tú y toda la
gente conocida. Una era una copia literal a tí en ese momento y la
otra unos años más joven. No dejaba de preguntarme en dónde
estaba. Me hablaban muy dulcemente, diciendo que no me preocupara,
que sólo querían mezclarse con los terrícolas . Que no me iban a
hacer nada malo.
Desde
luego eso sí que lo parecía. Eran todo hermosura, como tú. No sé
cómo lo hicieron, porque con el miedo que tenía la pistola no se
montaba, pero de pronto, allá va....y de una enormidad que me
asustó. Mientras una besaba y lamía aquí y allí, la otra se la
clavó toda. ¡Dios qué cosa más fría! Se notaba que no era
terrícola. Se dice que hay mujeres frígidas pero no creo que en su
interior sea algo tan frío. Era como si la hubiera metido en un tubo
que me estuviera ordeñando. La confusión mental y física era
enorme.
Y
llegué a correrme. Un chorro enorme de semen, como nunca había
sentido, salió de mi cuerpo. Quedé completamente exhausto.
Me
lavaron y dejaron descansar. En la habitación había pantallas
mostrando seres parecidos a los humanos pero que no se podrían
llamar completamente humanos.
Durante
un tiempo fue algo que se prolongó de manera diaria. No puedo
entender cómo el cuerpo pudo resistirlo. Llegué a saber que los
alimentos, las pastillas eran fortalecedoras. Ciertamente, después
de tomar una me sentía muy bien.
Al
cabo de poco la “ballena”, era de noche, emprendió el vuelo.
Desapareció en el cielo infinito. No sé a qué planeta me llevaron.
Aquí
empezó la segunda parte de la aventura. Ya no hubo experimentos
sexuales, aunque estos eran mucho mejores, a pesar de la frialdad que
lo que vino después. Sacar sangre, revisión de orina, experimentos
por el ano, en los ojos. No sé que hicieron con el semen, pero lo
mismo algún día un ejército de extraterrestres aparecen como
aparecieron los treinta y tantos hijos del teniente Buendía en la
novela de García Márquez.
-¡Tú
lo has estado de parrando folgando aquí y allí y ahora quieres que
comulgue con ruedas de molino!
-No,
no me enfado, porque sé que es increible. Te lo cuento tal como lo
recuerdo. Puedes creerlo o no, además , seguro que en el cuerpo me
colocaron antenas o algo así para obtener información de la Tierra.
-Vamos,
que encima eres un espía extraterrestre...
-Sin
querer, pero seguro. Como no sé lo que me habrán hecho no sería
extraño que a veces hiciera cosas raras. Por eso no quería venir,
pero no tengo a dónde ir. Ya te he dicho que cuando descanse un poco
desapareceré.
-De
eso nada, monada. Mañana vamos a celebrar el quinto año de tu
desaparición, y lo que vamos a hacer es celebrar tu aparición. ..
Además, cabronazo, estoy seca como los campos cuando no llueve.
Quiero que me riegues y me fertilices, después de tanto tiempo.
Vamos, que te quiero, que quiero que me folles a lo bestia y comerte
los cojones si hace falta. Aquellas mozas se parecerían a mí, pero
seguro que mi coño está como un volcán....
-¡Joder,
qué cambio!
-De
cambio nada, que te quiero como una loca en todos los sentidos hasta
el punto de soñar ante la cruz que estoy haciendo el amor contigo.
Ni irreverencia, ni leche que te parió. El punto más alto del amor
cuando es un sentimiento verdadero.....
-¡Ay,
Dios mío! Con la maravilla que tengo aquí y yo de picos pardos....
involuntarios.....
-Bien,
¿y cómo has vuelto?
-No
sé cuánto tiempo hace que lo decidieron , pero ya era tiempo de
regresar. No sé si sería ayer, anteayer o hace más. La “ballena”,
también de noche volvió a la Tierra, se metió en el mar, ahí, a
500 metros de la playa. No sé cómo pero esta mañana aparecí en la
playa. No sé si será la presión terrestre, la tensión o qué
será, pero he conseguido llegar por los pelos. Estoy tan agotado que
no sé si podré satisfacerte.
-Tranqui,
cielo, tranqui, ya me encargo yo de que sí puedas. Pero ahora sí,
acuéstate un par de horas y después nos vamos a dar un paseito.
Así
lo hizo. Estuvo durmiendo profundamente un par de horas. Aunque tal
vez no pudiera decir que había sido realmente dormir. Había soñado
con la mujer, desnuda, lo acariciaba, lo absorbía, lo besaba, lo
chupaba como de si un helado se tratara. Esas imágenes se mezclaban
con las del espacio, pero eran los mismos rostros, tal vez la
diferencia era la frialdad de un chocho y la calidez del otro. El
resto, igual. ¿Sueño, pesadilla? Una vez parecía que estaba
diciendo algo. Ella, que ya había preparado todo, se acercó a la
cama y le acarició la frente. El abrió los ojos.
-¡Qué
guapo eres, puñetero!
-¡Gracias,
preciosa!
-¡Estás
para comerte!
-¿Y
por qué no lo haces si tienes hambre?
Ni
corta ni perezosa comenzó a besarlo suavemente en los labios, la
lengua se la pasaba por el perfíl lo que le excitaba la columna, y
con la excitación el instrimento empezó a aumentar.
-¡Ehhhhh!
Oye, esto está más grande que antes.
-¿Tu
crees?
-Los
experimentos, seguro.
Ella
le liberó la polla del apretado pantalón, se lo quitó todo,
mientras él intentaba meter la mano por debajo de la camiseta y el
sujetador. Ella se liberó del sostén en un tristrás. El pudo
tocarle los pezones.
-¡Ahhhhh....qué
gusto!
Suavecito,
con el dorso de la mano le acariciaba todo el pecho y parte del
vientre.
En
el rostro empezó a aparecer ese aspecto de placer tan querido y
conocido. Todo iba bien. Ella se quitó la camiseta. El pecho quedó
al aire libre.
-¡Qué
maravilla!
Mientras
tanto ella llevó las manos hacia los huevos. Los cogió con una mano
y se llevó la pollilla a la boca. Sacó el capullo y lo lamió con
fruición, como si de un sorbete se tratara. La mano que él tenía
en el pecho de ella intentó ir más abajo. Ella se deshizo de la
falda y le llevó la mano a la entrepierna. Con los dedos le
acariciaba la zona de la raja, metió un dedo y llegó al clítoris.
Ella reaccionó rápidamente. Se quitó el engorro de las bragas y se
montó sobre él, que se sorprendió. Era exactamente lo que había
hecho la doble extraterrestre.
-¡Ahhhhhh!
-Sí,
era el coño de su niña, cálido, cachondón, juguetón. El interior
se abría y se contraía. Lo que hacía que el pene se sintiera
especialmente bien.
Era
una jinete magnífica. Empezó a a abrir la boca, era el placer.
-Te
siento, te siento, cabrón , cuánto tiempo me has tenido sin
regar......ahhhh
Se
inclinó hacia él mientras seguía clavada moviéndose. Le mordió
las tetillas, le mordió el pecho, lo abofeteó en el instante en el
que un rugido de placer salía de su garganta.
-Ah....
sigue.
El
hizo un movimiento de fuerza. La polla entraba como una pieza que
busca petróleo en las entrañas de la tierra.
Un
líquido viscoso empezó a salir del interior del ella. De él un
chorro imparable del petróleo de la vida le llenó el interior como
nunca lo había hecho.
Un
beso enorme cerró el reencuentro. Se ducharon y salieron a dar un
paseo.
La
tarde era magnífica. No encontraron a nadie por lo que al día
siguiente el susto iba a ser general. Volvieron temprano. Después de
cenar ella se convirtió en una gatita. Se acurrucó a su lado a su
lado y terminaron echando otro polvo de estrellas.
-No
sé qué te habran hecho las extraterrestres, pero si yo puedo
disfrutarte de esta manera, que me consideren su amiga.
El
se quedó dormido. Ella lo miraba con amor.
-Pobretico
aún no se ha dado cuenta de que la extraterrestre era yo misma.
Una
sonrisa de pilluela le asomaba a los labios. Desde aquel día del
regreso todo fue mucho mejor que antes. Habían subido un grado en
sus relaciones........
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