domingo, 22 de enero de 2017

Allá voy....Chocolate


Paf, paf, paf.... Se sentían los pasos por la escalera.
-¡Aquí estoy!-, gritó en silencio para no despertar a la población.
-Bienvenida, chocolatico.
- ¿Eh? ¿Chocolatico?
-Sí, chocolatico. Tan morenota, pareces hecha de cacao. De tierra no, que sabe mal. Además este mes de febrero es el mes del chocolate.
-¡Cosa rara! ¿Mes del chocolate?
-Sí, por lo del día de San Valentín. ¿Tú estás enamorada?
-¡Hasta las plaquetas de la sangre!
-Bueno, aquí las mujeres en San Valentín regalan chocolate a sus amados.
-¿Y al revés?
- El mismo día del mes de marzo.
-Ohhhhh, pero cielo, yo no sé dónde comprar y además me he venido sin un céntimo.
-No importa. A ver- se mojó un dedo en saliva y se lo pasó por el rostro-. ¡Joder, qué chocolate más rico!
-¿Yo?
-Sí, tú, ,mi chocolate preferido, un poquito de leche y el 90% chocolate puro.
-Cabrón eres, me estás diciendo que te lo hago pasar bitter.
-Hombre, si no hubiera un poco de amargura ¿cómo ibamos a saber lo que es la dulzura?
-Bueno, ¿y a qué esperas?
-¿Para qué?
-Para comerme , leche, que no tengo tanto tiempo. Me he dejado la mitad de las cosas sin hacer.
-Oh, ¿tanto me quieres?
-No lo sabes tú bien.
-Bien, bien, ven acá, chocolatito.
Se acercaron mútuamente, se fueron deshaciendo de las prendas innecesarias y como si no hubieran probado nunca el chocolate, se fueron lamiendo, mosdisqueando, chupandito aquí y allí. A veces chocolate con leche y azucar, a veces bitter 100%. Se iban calentando y se iban fundiendo....
Cuando terminaron, satisfechos, uno al lado del otro, besándose con la dulzura de los ángeles, cayeron en el sueño.
A la mañana siguiente, ella ya no estaba, había vuelto y la boca de él era un caos de sabores mezclados de chocolate. El descanso había sido perfecto. Cuando ambos, cada cual en su sitio se miraron al espejo, casi gritaron. Los rostros estaban tan churretosos de chocolate como los de los niños pequeños que queriendo metérselo en la boca se lo restriegan por todo el rostro.
Besos de miel y chocolate.
Abrasos de asuca cande.
Ternura de ángeles celestes.
¿Quién da más?
Nadie.

Me muero por verte. 

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