DULCE.....AMOR
HOMBRE.-¡Je,
je,je! Vamos a llamarla, seguro que se acaba de levantar y aún no ha
desayunado...
¡RINGGGGGG!
MUJER.-¿Dígame?
H.-Hola,
bonita...
M.-¿Eh?
¿Quién? Por favor, si es una broma...
H.-Vaya,
parece que no recuerdas la dulzura de mi voz.
M.-
¿Eh? ¡Ah! No puede ser. ¿Dónde estás?
H.-
Cerca, muy cerquita de tu casa.
M.-¿Dónde?
H.-
En la puerta de la dulcería.
M.-
Maldito, con el hambre que me he levantado.
H.-
Pues nada, te espero. Tengo todo el tiempo del mundo, así que no te
precipites. No pierdas las llaves. Aquí estoy.
M.-
Voy en unos minutos.
H.-
Tranquila, cielo...
Loco
correcaminos, llegó en quince minutos. El la esperaba en la puerta
de la dulcería-cafetería-chocolatería.
Se
lanzó a sus brazos y el beso fue largo como de película de amor.
M.-¡Maldito!
¡Cuánto tiempo!
H.-
Ummmm, se me quitaron las ganas de comer.
M.-
¿Cómo?
H.-
Con besos tan dulces, comer más dulces puede ser empachoso.
M.-
Oh, ni mil años que pasaran, cambiarás.
H.-
¿Tú quieres que cambie?
M.-
En absoluto. Vamos pa drentro.
H.-
Se te pegan mis decires¿eh?
M.-
Eres sangre de mi sangre, ladrón de corazones.
H.-
¡Y yo sin enterarme!
M.-
Bueno, vamos allí, al rincón, por aquí pasa mucha gente del
trabajo.
H.-
De acuerdo. Allí....
Se
fueron a un rincón, al fondo, en el que las figuras quedaban
discretamente cubiertas de miradas indiscretas.
H.-¿Qué
me recomiendas? Yo no tengo ni idea. En mis investigaciones he visto
que hay opiniones encontradas.
M.-
¿Investigaciones? ¿Cómo?
H.-
Querida mía, en el mundo interespacial las informaciones abundan. Y
en el Banco Noticiero Internacional, con un clic de máquina,
rápidamente tienes la información que quieras.
M.-
A propósito, ¿dónde andabas esta vez?
H.-
En las Pléyades, cerca.
M.-
Pero se tardan años luz. ¿Cómo has venido?
H.-
Bueno, todo llegará. Primero vamos a tomar fuerzas, porque si no...
M.-
Una tostada.
H.-
Al parecer son geniales.
M.-
Sí, aunque hay gente a las que no les gusta.
H.-
Los malafollá abundan en todos sitios. Lo importante es tener gusto
propio y no dejarse llevar.
M.-
El café es excelente, aunque a estas horas prefiero una leche
manchada. Es más suave para el estómago.
H.-¿Hay
leche merengada?
M.-
Sí, y muy rica.
H.-
Pues yo leche merengada y también tostada.
M.-
Y después dulcería.
H.-
¿Pero no estabas a dieta?
M.-
Como decía una amiga: Cuando siento a mi dulce amor, me entra hambre
feroz....
H.-
Muchas gracias por lo que me toca.
M.-
De nada amorsito, jujujjuuu
H.-
Bollería. Esas ricas palmeras de chocolate. No sé como se llama eso
que por arriba lleva chocolate y dentro crema de merengue....
M.-
Yo tampoco, pues eso.
H.-
Pues eso.... , y rosquillas y petisú... y después seguimos.
M.-
Uy, los michelines.
H.-
Maravilloso...
M.-
¿Cómo?
H.-
Después succión a distancia mientras trabajas. Jijijiji.
M.-
¿Y esta noche?
H.-
No te suelto. La cena, michelines con aceite de oliva y salsa
agridulce.
M.-
¿Yo también?
H.-
Por supuesto.
M.-
Pues bien, a pedir.
Ella
llamó a la camarera que, sorprendida por la cantidad pedida, sonrió
como diciendo algo sobre los michelines. Ella le devolvió la
sonrisa... Diálogo femenino en silencio.Mientras tanto alguien entró
en el local.
M.-
Maldición, a quien menos me gustaría que me viera, me lo tengo que
encontrar aquí.
H.-
Tranquila, ve al servicio y te lavas las manos.
M.-
¿Qué?
H.-
Eso, que vayas al servicio y te laves las manos.
Así
lo hizo. Conforme el agua iba enfriándole las manos el rostro volvió
a los años juveniles. Rostro más afilado, apropiado para la edad,
pelo largo y ojos aún más profundos y matadores. Ella misma quedó
sorprendida. Nadie podría reconocerla.
M.-
¿Qué me has hecho?
H.-
No pasa nada, cuando se vaya volverás a tu ser.
La
camarera vino pero no notó nada. Cuando las personas sin peligro se
acercaban veían el aspecto primero. Sólo los peligrosos o no
deseados no veían la realidad.
Empezaron
a comer. Se sentían con la mirada y cada bocado al pan, al dulce,
era un beso a la otra persona. Del cuello al trasero una corriente
eléctrica los recorría con cada bocado. Los ojos se transponían.
Era un claro orgasmo producido por el placer de la comida y la
imaginación sensual.
Cuando
terminaron de tomarse la bebida soltaron un magnífico suspiro. El
orgasmo se había producido sin que nadie se diera cuenta.
M.-
¿Y esto?
H.-
Allí,
en Pléyades hay avances que serían increibles en la Tierra.
M.-
Pues viva Pléyades porque ha sido magnífico.
La
tostada, medio bollo con aceite y jamón muy picadito. Placer de
dioses. Se miraban y se relamían. El rostro decía que eran felices.
Terminado el pan y la bebida, los dulces chocolateros los degustaron
con el mayor placer. El chocolate y la crema entraban tan ricamente,
dejando su rastro de sabor en el retrogusto y llegando al estómago
donde caía como bocado de Cardenal. Y la bebida calentita
calentando
el
cuerpo y mucho más allá. Incluso sudaron con los calores que iban
sintiendo con lo que tomaban.
H.-
¿Qué tal? En el mundo interestelar no hay estas cosas. Hay
pastillas más que sofisticadas para la alimentación pero no estos
sabores.
M.-
Has hecho bien en llamarme para que viniera aquí. Oh, ya se va el
tipo que no quería que me viera.
H.-
Bien, entonces ve de nuevo al baño y te vuelves a lavar las manos.
Volverás al principio pero más rejuvenecida.
M.-
Eso, eso que tengo que seducirte.
H.-
No creo que haga mucha falta, pero siempre está
bien....
Ella
así lo hizo. Entró, cerró, le dio al agua y empezó a lavarse las
manos. El rostro fue volviendo poco a poco a la edad actual. Era
sorprendente porque seguía conservando el aspecto juvenil de
siempre.
H.-
¡Qué bonita eres!
M.-
Gracias, amor, pero eres un mentirosillo....
H.-
No te lo crees ni tú misma...Bueno, ¿por qué el nombre de esta
pastelería?
M.-
Ni idea. ¿No me vas a decir que lo sabes?
H.-
Bueno, a finales del siglo XIX se fundó una pastelería en el norte
con ese nombre. La pareja que la fundó se casó, fue tremendamente
feliz y el negocio duró 103 años.
M.-
¿De ahí procede?
H.-
Tal vez no, pero es un nombre muy de época. La dulzura que une los
corazones. Completamente romántico.
M.-
Pues sí que sabes tú....
H.-
Banco Noticiero Internacional, jajajajaja.
M.-
¿Por qué no me has avisado que venías?
H.-
Quería darte una sorpresa.
M.-
Pues sí que lo has conseguido, sí. ¿Cómo has venido desde
Pléyades? Eso está a años luz....
H.-
Seguramente habrás visto películas en las que las máquinas
contraen el tiempo y el espacio. Hay un sistema paralelo al normal en
el que se entra en un tunel espacial que va a una velocidad más allá
de la de la luz. Se llama Washa o Washap o algo así, yo le llamo
guasa jajajajajaja. Un año luz se recorre en unos minutos. Quería
verte...
M.-
Vamos que no puedes pasar sin mí.
H.-
Bueno, y al revés....
Ambos
rieron de lo lindo.
M.-
Nos pasa lo mismo. Ay, tanto recorrido para una horita.
H.-
No en absoluto. Pienso estar todo el rato a tu lado.
M.-
Pero tengo trabajo y las preguntas sobre tí no me van a dejar
trabajar, aunque no importa.
H.-
¿No sabes que me vuelvo invisible?
M.-
¿Eh? ¿Cómo es eso?
H.-
Me sentirás muy cercano, pero no me verás. Además podré
acariciarte, y darte ánimos.
M.-
Uy, qué peligroso...
H.-
Tranquila, no molestaré. De vez en cuando te acariciaré el culete.
M.-
¡Qué rico! Vamos...
Se
levantaron, el sacó un billete grande y pagó, la sobra se la pasó
a ella.
Ese
día el trabajo era de papeleos. Ministerios, oficinas. El, a su
lado, en realidad se metía en las palabras de ella y daba soluciones
que los representantes legales no habían alcanzado.
Como
le tocaba el trasero, no estallaba de risa, pero la sonrisa
maravillaba a los mandamases. Todo fue perfecto. Cuando terminó el
trabajo, todavía sin aparecer, la acompaño a casa. Entraron y él
se sentó en el sofá mientras ella fue a cambiarse de ropa y ponerse
cómoda. Cuando volvió él ya había vuelto a su estado primero. Se
sentó a su lado, los besos sirvieron de almuerzo. En el sofá se
quedaron profundamente dormidos.
Cuando
se dieron cuenta andaban por el espacio interestelar, ligeros de ropa
danzando la danza de “La Dulce Alianza” de las estrellas, del
dulce amor que debiera ser siempre la vida.
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