MUJERES JAPONESAS
PIONERAS DE LA MODERNIDAD
En el
anterior artículo hablábamos especialmente de una educadora de la época de
Meiji (1868-1912), Umeko Tsuda. En este hemos hecho una transcripción de un
programa de televisón japonesa en español para dar cuenta de la “intrahistoria”
de las mujeres de esa época que fueron las PRIMERAS EN ALGUN CAMPO CULTURAL,
SOCIAL ETC. PODRIAMOS DECIR QUE LAS MUJERES QUE APARECEN AQUI SON PIONERAS.
Hasta ese momento, todo había sido, como en la
inmensa mayoría de los paises, estar en casa y cuidar a los niños, etc. A
partir de aquí muchas mujeres empiezan a no estar complemente de acuerdo con
eso y deciden saltar la raya de lo permitido.
HANAKO.- ¡Buenas tardes, papá!
LOC.- En el comienzo de la serie semestral Hanako
y An, la protagonista es conocida por ser traductora de An, pelo de paja,
Hanako Muraoka, una mujer con una movida vida que traspasa las épocas de Meiji,
Taisho y Showa.
En aquella época todavía era raro el estudio del
inglés. Hanako lo estudió y se dirigió hacia el mundo de la traducción.
De Edo a Meiji, una época de grandes cambios en
Japón. Al igual que Hanako , muchas mujeres abandonaron el pensamiento
tradicional y se dirijen a otro tipo de
vida. Heroinas de las revistas, magas, pilotos...
Al enfrentarse a la sociedad la mujer tenía dos
caminos a elegir: Matrimonio o trabajo.
Tsutematsu y Umeko, quisieron montar una escuela
para señoritas. Con el problema del matrimonio en medio, ¿qué decidieron?
Akiko Yosano, en una época en la que la mujer debe
ser obediente, rompe con ese pensamiento y vive su amor.
Esta noche les ofrecemos mujeres pioneras de la
modernidad.
LOCUT.- A mediados de la época de Meiji, 1890, en
Asakusa aparece una mujer que va a simbolizar toda una época. Ryoumkaku, la
primera torre de tipo occidental es levantada. Tenía 52 metros de altura y se
convirtió en un punto de atracción de Asakusa.
Tenía las mejores y nuevas instalaciones de la
época, ascensor. Una año antes había sido puesto en marcha en EE.UU. Se podía
subir fácilmente a la parte más alta. Se podía ver un gran panorama, de ahí su
gran éxito. En tres días subieron 20 mil personas.
Ocurrió algo inesperado. Al año siguiente de la
apertura, el ascensor se estropeó. Subir hasta la séptima planta era muy
dificil, por lo que los clientes bajaron considerablemente.
HOMBRE.- De seguir así es la ruina. ¿Qué se puede
hacer? ¡Ah, una buena idea!
LOC.- Se trataba del primer concurso de belleza
femenino de Japón. Se reunió a 100 Gueishas de gran belleza y se las
fotografió. Se trataba de colocar las fotos desde la cuarta a la séptima planta
y elegir a la más guapa.
Los hombres, concentrados en la belleza de las
mujeres subían como sin darse cuenta de la planta cuarta a la séptima
MUJER.- ¿Qué haces tan concentrado? Es una
vergüenza para tu edad.
HOMBRE.- Un momento, elijo a otras cuatro.
LOC.- El plan fue todo un éxito. Los hombres, en
busca de la más guapa llenaron hasta la bandera Ryoumkaku. ¿Cuál fue el
resultado del concurso?
La tercera Kotoyo, de la casa Nakamura. 19 años.
Gustaba mucho por la profundidad de su rostro. 2057 puntos.
La número dos Momotaro, de la casa Sagamiya, 19
años. La mejor bailarina de Tokyo. 2130 puntos.
La número 1, de la casa Tamagaya, Tama Rananiku,
17 años. Una auténtica belleza japonesa como salida de un cuadro de Ukiyoe.
2163 puntos.
Pero hay que llamar la atención sobre una mujer
que no entró en el concurso. De la casa Yoshida: Otsuma, 18 años. El pelo
tradicional japonés, recogido, lo tenía suelto en las fotos lo que atrajo
tremendamente la atención. “La esposa con el pelo lavado” fue el mote que le
pusieron.
El día de las fotos, Otsuma se acababa de lavar el
cabello y como veía que no llegaba a tiempo se lo dejó tal cual. Subío a un
“taxi” tirado por una persona.
OTSUMA.- Dése prisa que no llego a tiempo.
En aquella época que una mujer saliera a la calle
con el pelo suelto se consideraba una indecencia. Al no llegar a tiempo decidió
salir con el pelo recien lavado sin importarle lo que pensara nadie.
LA GENTE.... ¿Qué es ese pelo?---- Pues no está
nada mal.
El pelo suelto se convirtió en un tema
conversación. Se consideraba, con palabras de hoy, bastante sexy. El mote, la
esposa con el pelo recién lavado. Durante un tiempo fue ídolo de la ciudad.
OTSUMA.- ¿Qué tal una copa?
LOC.- Incluso el entonces Presidente del Gobierno,
Hirofumi Ito, no la dejaba sola. Otsuma, al parecer, incluso en el trabajo se
soltaba a veces el pelo.
ITO.- Tomar una copa al lado de Otsuma es algo
especial.
OTSUMA.- Vaya con el abuelo, qué labia tiene....
LOC.- En la ciudad se hizo superfamosa. La revista
en la que salían fotos de ella se vendía como rosquillas.
Las jóvenes imitaron la forma de peinarse, y se
comenzó a llevar el pelo suelto y derecho hacia abajo.
En los paquetes de champú se pegaba la figura de
Otsuma y el champú se convirtió en un producto de diario.
A las mujeres, atadas a las tradiciones, el pelo
suelto de Otsuma les concedió una nueva forma de concebir la vida.
Al acabar la era de Edo y entrar en la de Meiji,
la incursión de la mujer en la sociedad se va haciendo patente dentro de
diversos aspectos. Shokyoku Sae, una bella maga. Salió de Japón y triunfó en
Europa y América. Se la llegó a llamar “La reina de la Magia”
Kyodo Tadashi, fue la primera mujer que pilotó un
avión en Japón. Tadashi, tras tener conocimiento que en EE.UU había mujeres
piloto decidió serlo ella también.
La hermana, sintiéndose perdida ante la voluntad
de volar a pesar de la oposición de la familia, la envió al lugar donde se
realizaban estudios para pilotar, en ese momento existente en Tokyo.
Lo mismo que los hombres, con el mismo tipo de
ropa y llena de manchas de aceite, fue reconocida como mujer por un periodista
que vino a hacerle una entrevista por las cintas rojas de los zapatos que
llevaba. Consiguió el carnet de piloto, siendo la primera en la historia
japonesa.
Posiblemente el deseo de hacer lo que les gustaba
y estar llenas de una curiosidad pura hizo que las mujeres se adentraran en
multitud de campos.
¿Matrimonio? ¿Trabajo? Un eterno mar de dudas para
las mujeres. Hace más de cien años, en la era Meiji, ya había mujeres que
sufrían con estos temas.
Umeko Tsuda, creadora de una escuela de inglés
para señoritas, y Tsutematsu Oyama, brillante personaje de la mejor sociedad de
la época. Ambas tuvieron experiencias en el extranjero y se les abrió los ojos
para aspirar a una nueva vida.
Pero a la vuelta al país se ven en la misma
disyuntiva del matrimonio o del trabajo que las demás mujeres.
Les vamos a contar la historia de su amistad y la
de su lucha entre el deseo y la realidad.
Noviembre del año 4 (1871) de la era de Meiji. En
el barco que se dirigía de Japón a EE.UU. había dos niñas. Eran hijas de
señores importantes reunidas para esTudiar en América por el sistema de
intercambio. También estaban las después tan amigas Umeko Tsuda, siete
años y Tsutematsu Oyama, 11 años.
Al año siguiente llegan a Washintong, capital del
país. Fueron recogidas por familias americanas y destinadas a estudiar en
escuelas del país.
Vieron algo que en ese momento en Japón era
inconcebible: Las mujeres recibían clases de matemáticas o de ciencia al mismo nivel de los hombres. Además eran
estudios especializados que pretendían usar en sus vidas para trabajar en la
sociedad de manera independiente. Del acicate recibido nació la idea de cumplir
un sueño:
TSUTEMATSU.- ¿Y si al volver a Japón creamos una
escuela para mujeres?
UMEKO- ¡Qué buena idea!
TSUTEMATSU.- Vamos a hacerlo realidad entre las
dos.
Ponerse al mismo nivel de los hombres y dar brillo
a la época y a las mujeres. La idea de ambas infló las ilusiones de las
mujeres.
Año 15 (1882) de la época Meiji. Ambas volvieron a
Japón después de 11 años.
Rápidamente comenzaron los preparativos para hacer
realidad su sueño. Pero al poco a Umeko le hicieron una propuesta de
matrimonio. El problema de casarse o no . A Umeko le iban a presentar un
aspirante a marido.
En aquella época las niñas de alrededor de 15 años
se casaban con quienes los padres habían elegido. Todavía era muy fuerte la
costumbre de no admitir como persona hecha y derecha a una mujer que no se
había casado.
Umeko, criada en las costumbres americanas, no
concebía aceptar las viejas costumbres japonesas.
UMEKO.- Se piensa que las mujeres japonesas deben
casarse entre los 14 y los 16 años. ¿No les parece una aberración? No estoy dispuesta
a aceptar un matrimonio impuesto.
LOC.- Umeko, sin dejarse llevar por la idea del
matrimonio, determinó dedicarse a la creación de una escuela para mujeres.
Por la misma época, a Tsutematsu también le
presentaron una propuesta de matrimonio. El aspirante era Iwao Oyama, de la más
alta categoría militar del ejército de tierra.
Era 18 años mayor que ella y de su esposa , fallecida de enfermedad,
tenía tres hijas. .
Tsutematsu también estaba llena de dudas. Pero el
hombre era un pez gordo de la sociedad. No era posible hacerle un desprecio.
TSUTEMATSU.- Por verlo no se pierde nada.
LOC.- Tras las dudas, Tsutematsu decide verse con
Oyama. Antes de casarse era algo extraño que la pareja saliera junta, se viera.
Ambos fueron invitados a casa de unos amigos de Oyama. La pareja paseó por el
jardín. De noche la cena fue estilo occidental, en un ambiente muy romántico.
Oyama, al igual que Tsutematsu, tenía experiencia de haber salido al extranjero
y tener conocimientos sobre Occidente. La conversación se desarrolló sin problemas, lo que movió el corazón de
Tsutematsu.
TSUTEMATSU.- Si es este hombre, tal vez sea bueno
confiarle mi vida,
LOC.- Tsutematsu decide casarse. Después el debút
social. En el edificio de Rokumeikan, levantado por el gobierno , fueron el
centro de la mejor sociedad. Tsutematsu, debido a su belleza fue denominada La
flor de la sociedad. Umeko Tsuda fue quien recibió un fuerte choque con la boda
de su amiga.
UMEKO.- Habíamos jurado levantar una escuela pero
se ha casado. ....
LOC.- El corazón de Umeko se movía preguntándose
si su elección había sido correcta.
Al poco Umeko sale de Japón en dirección a
Occidente. Tal vez quería comprobar hasta qué punto su pensamiento era
correcto.
Al lugar que fue le esperaba una mujer clave en su
vida: Florence Nigtingale, enfermera, que había hecho un fabuloso trabajo en
las fábricas. Cuando la vio tenía 78 años. Estaba en la sala de un hospital.
A las mujeres en Japón , si no se casaban, no eran
consideradas en la sociedad, se quejaba Umeko, a lo que Nigtingale le responde
: “En Inglaterra hasta hace 40 años ocurría lo mismo. Los padres lo único que
esperaban de las hijas era que se casaran pronto. El futuro se puede cambiar.”
Las palabras de Nigtingale le dieron nueva energía
para persistir en su sueño.
A la vuelta Umeko levanta Joshi (Mujer) Eigaku (de Inglés) Yuku (Escuela) para
mujeres. Al dar una educación de altura a las mujeres estas se pueden
independizar. Para la época era un proyecto avanzado.
Con poco dinero, la escuela era una pequeña casa
de madera. La sala y el comedor, muy estrechos, decidió usarlos como clases. El
problema que tenía era la preparación de maestros mujeres.
De 19 a 30 años reunió a 30 mujeres, todas
pretendían independizarse por el trabajo.
Umeko comenzó con un tipo de clases que podríamos
llamar espartanas. Con los puños golpeaba una y otra vez sobre la mesa de
manera furiosa.
UMEKO.- No y no. Otra vez, otra vez.
LOC.- Las hacía repetir una y otra vez. Muchas
alumnas llegaron a decir que parecía una ogro en la clase. Estaban llenas de
miedo. ¿Por qué era necesaria tanta rigidez?
Umeko dejó escritas frases como ésta: “La mujer tiene inteligencia. El
llegar a demostrarlo implica el serle concedido responsabilidad, libertad,
derechos.
Si las mujeres no se apropiaban de un elevado
nivel que pudieran demostrar, no podrían abrise camino. Tras la forma de
enseñar estaría ese pensamiento.
Al poco de abrir la escuela, Umeko choca con una
gran barrera. El dinero para moverla era escaso. El sueldo de profesores,
libros etc. subía y subía constantemente los gastos.
Umeko trabajaba sin sueldo, pero no era
suficiente. La situación era cada vez más desesperada. Tsumeko le echó una mano
para salvarla.
Tsumeko se convirtió en asesora de la escuela e
hizo valer su influencia entre la gran cantidad de gente conocida a través de
su matrimonio. Gracias a esa labor aparecieron colaboradores de la escuela y
ésta pudo salir adelante.
2 de abril del año 36 (1903) de la era Meiji. Se
celebró la primera ceremonia de graduación. Ambas, aunque por cuestión
matrimonial anduvieron caminos distintos, aquí se hizo realidad el sueño que
trajeron de América.
La escuela se convertiría con posterioridad en la
Universidad Tsuda, las egresadas actúan en lenguas extranjeras, en temas
internacionales etc. etc.
Matrimonio, trabajo, si se es constante en el
deseo, éste se convierte en realidad. Tal vez sea este el mensaje que ambas nos
dejaron.
Tras la era Meiji que la mujer y el hombre
trabajaran al mismo nivel aún no era una cuestión corriente, no era visto con
buenos ojos.
Vamos a presentales a una serie de mujeres muy
enérgicas que fueron a la par de los hombres.
Yasui Kono, la primera mujer que obtuvo el
doctorado en ciencias
Sólo por ser mujer, cuando publicó su tesis fue
criticada. No se rindió y terminó siendo doctora.
Ogino Ginko, fue la primera mujer conocida como
doctora, médico. De su propia enfermedad nació la idea de ayudar a otras
mujeres.
Motoko Hani, primera periodista japonesa, de una
tremenda fuerza. Motoko, enfrentada a la empresa del periódico, logró ser
empleada. Como no se permitía el matrimonio dentro de la empresa, sacó a su
marido de allí . Con la ilusión de elevar el nivel de las mujeres, juntos
publicaron la revista de larga vida:
“El amigo de las Señoras”.
“El amigo de las Señoras”.
En el espíritu de estas mujeres existía el fuerte
deseo de abrir camino a las mujeres que vinieran después.
Mujer que enseña labores de costura a una niña.
Mujeres que adornan la habitación con arreglo floral. Estas son algunas de las
labores de las mujeres de la época.
En la época la esposa, aún era una idea muy
fuerte, debía obedecer al marido y estar en casa. Pero algunas mujeres
rechazaron de raiz estos valores, por ejemplo, la poeta Akiko Yosano.
Amores prohibidos, Akiko logra que su rival
desapareciera y hacerse con el corazón del masculino. El esposo va a estudiar a
Francia, se siente muy sola y se montó en el tren transiberiano y fue a
buscarlo a París.
Akiko Yosano, una mujer activa a la que no le
importaron en absoluto las normas sociales. Una nueva forma de vivir de las mujeres.
Nació en una casa de Osaka que tenía una
pastelería típicamente japonesa. De pequeña ayudaba en la tienda y se
encerraba
en la lectura sin sobresalir esencialmente.
A los 21 años ocurrió algo que le cambió la vida.
Fue el encuentro con un famoso poeta venido de Tokyo. Se trataba de Tenkan
Yosano, un escritor de tanka que pretendía darle un giro a ese mundo.
Era un hombre caballeroso que se movía por todo el
país.
TENKAN.- No es necesario imitar los poemas
antiguos. Podemos escribir lo que pensamos, lo que sentimos, tal cual. Es
suficiente.
Akiko, enamorada de un flechazo, empezó en ataque
hacia Tenkan. Pero éste era un hombre con un problema. La sombra de una mujer
siempre le seguía. Cuando salía con Akiko, otra joven iba con ellos, además tenía
un hijo con su esposa.
Estaba llena de dudas. Su amor por Tenkan era un
amor “fou”. Sin embargo no podía detener
la pasión que la embargaba. Ese sentimiento lo deja reflejado en us poemas.
Debuta como poeta de tanka en el 34 (1901) de la era de Meiji, con el libro
“Midaregami”: Pelo revuelto. Allí queda muy claro el sentimiento hacia Tenkan.
“¿No te sientes triste
sin acariciar esta piel
bajo la que corre
una sangre cálida,
tú que sólo
hablas de moral....?”
El libro, con un tema tan provocativo y claro,
nunca visto de tal manera hasta entonces, fue una especie de choque para la
sociedad.
Akiko traspasa la raya de lo prohibido con Tenkan.
Al parecer pasaron dos noches juntos en un viaje que hicieron.
Como si hubiera empujado a su suerte, ésta le vino
de cara. Tenkan se separó de su esposa y la rival amorosa se esfumó.
Akiko deja su casa de Osaka, se va al lado de Tenkan
a Tokyo y allí se casan.
En la época, la boda era decisión de los padres.
Haciendo caso omiso de las tradiciones se celebró una boda con todo
atrevimiento.
Akiko y Tekkan vivían en Shibuya. Al año siguiente
de la boda nació el hijo mayor y a partir de ahí, todos los años. Hasta once
hijos tuvieron.
Como poeta también fue reconocida y escribió sin
descanso. Todo parecía ir bien, pero surgió un problema que le produjo dolores
de cabeza.
TENKAN.- ¿Este el fin de mi época?
LOC.- Tenkan se encontraba al borde de un
barranco. Mentalmente estaba en verdadero peligro. Un día Akiko vio algo que le
espantó.
AKIKO.- ¿Qué haces...?
LOC.- Tenkan estaba en el jardín con un cuchillo
intentando eliminar a las hormigas.
TENKAN.- Las odio..... ( a las hormigas)
LOC.- Así acabará mal, ¿qué puedo hacer? Despues de pensar mucho...
AKIKO.- ¿Y si fueras a Francia?
LOC.- Se trataba de hacer que fuera a Europa a
estudiar. Una solución fuera de lo normal.
Costaba mucho dinero. Akiko decidió hacer varios
biombos y venderlos.
En los papeles del biombo estaban escritas las
canciones de Akiko.
Ayudada por su hijo mayor construyó varios
biombos, recogió préstamos y reunió el dinero necesario.
En el año 44 (1911) de Meiji envió a Francia a Tenkan.
Pensó que si el esposo volvía bien se quedaría tranquila, pero fue algo que
duró poco.
A Akiko misma le vino encima algo tremendo. No
podía comer,
su estado mental era muy inestable, se sintió muy
sola, era insoportable.
Ante el papel para escribir parecía imposible ,
sólo la figura del marido le daba vueltas en la cabeza. Quería ver al esposo,
una idea que no hizo nada más que fortalecerse y ..... determinó...... Dejó a
los niños y sola se dirigió a París.
En aquellos tiempos el viaje normal era en barco,
pero ella usó el tren transiberiano.
Se tardaba en barco unos 50 día, pero en tren
fueron dos semanas. Sin duda era fortísimo el deseo de ver al marido.
El 19 de mayo llega a París. Se vieron tras medio
año de ausencia. Tenkan parecía otro de cuando estaba en Japón.
En París visitaron todos los lugares famosos.
Fueron unos momentos de total felicidad, pero para ella hubo algo que fue de
suma importancia. Fuera de la ciudad, el campo estaba rojo de amapolas,
kokuriko.
Ah, mes de mayo,
tú, rojo como la sangre.
Tú, amapola,
yo también amapola.
Akiko, fuera donde fuera, la pasión en persona,
superando los contratiempos, logró la felicidad.
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