PALABRITAS
DE AMOR
II
21
Palabritas
de amor
las
que tú dices
llenitas
de fuego
van
las raices
de
tu cuerpo
ay
de
tu corazón.
22
Laberinto
de
la Soledad
dijo
el poeta.
Y
tenía razón.
La
vida
la
añado yo.
23
Amor,
conjunción
de soledades.
Amor,
instante
envenenado,
aguijón
de la muerte.
Vacío.
Nada.
24
¡Qué
pena sentirse vacío!
¡Qué
pena sentir la sangre
yéndose
por
los corredoresdel deseo!
¡Qué
pena de clavo
para
nada!
25
Loco
pensamiento
¿a
dónde vas?
No
te metas en belenes
que
no has de comprar.
Loco
pensamiento,
dime,
¿a
dónde vas?
26
Cuando
el amor
es
una exigencia
el
Infierno
está
a las puertas
de
la casa.
27
Amorcitos
bonitos
van
por el aire
cantando
sus sueños
no
escucha nadie.
Amorcitos
bonitos
van
por el aire.
28
El
día que tú te fuiste
murió
todo para mí.
Hoy
vienes sonriente
yo
no te conozco a ti.
29
El
día se levanta
por
entre las oscuras nieblas
de
un deseo sin razón.
Los
montes, fría cara de la luna,
dicen
la serenidad del sueño.
30
El
corazón
muerde
el bocado
de
la razón.
Los
ríos,
alma
inundada,
vuelven
a su cauce.
31
Aquí
frente a frente
la
vida enseña
su
cara más amable.
32
A
veces
el
Infierno
es
el camino más corto
para
llegar al cielo.
33
Amargo
como
el mar,
tiempo
de espera.
Castillo
que se deshace,
suicidio
amoroso
en
tu sangre.
Amor.
34
¡Qué
pena!
¡Tan
cercana
y
tan lejos,
rosa
temprana!
¡Qué
pena!
¡Bálsamo
del dolor,
puñalada
de mis venas!
35
Las
niñas de mis ojos
te
van buscando
encuentran
el vacío
entre
sus manos
redondas
de
miel y sombra.
36
Por
las puertas del sueño
tú
te apareces,
lanzando
flores y besos,
te
los mereces.
Corazones
al aire
van
caminando,
por
las puertas del sueño
tú
te apareces.
37
Alegría
de tu cuerpo
en
mi sonrisa.
Danza
el corazón
al
compás alegre
de
tus caricias.
Abracitos
en el alma,
primavera
temprana,
quien
pudiera besarte
cada
mañana.
38
Impaciencia
de tu sangre
sombra
certera
corazón
que se muere
soledad
primera.
Niña
traviesa
aprende
y espera
el
Amor no es tan loco
como
aparenta.
39
Camino
de la fuente
van
las mozuelas
buscando
miradas
que
las diviertan.
Las
pobrecillas
cuando
amor pretenden
nadie
las quiere.
Ay,
María Manuela
y
tú te zurces
ay,
que la camisa
con
que te cubres.
40
Cuando
me abrazas,
rebosante
de amor,
yo.
Tú
me contemplas,
delicado
corazón,
Inflamándome
voy
fundida
de ti,
rozo
los confines
del
firmamento,
yo.
Tú
transformándote
en
un campo florido,
manto
de amor.
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