Paf,
paf, paf.... Se sentían los pasos por la escalera.
-¡Aquí
estoy!-, gritó en silencio para no despertar a la población.
-Bienvenida,
chocolatico.
-
¿Eh? ¿Chocolatico?
-Sí,
chocolatico. Tan morenota, pareces hecha de cacao. De tierra no, que
sabe mal. Además este mes de febrero es el mes del chocolate.
-¡Cosa
rara! ¿Mes del chocolate?
-Sí,
por lo del día de San Valentín. ¿Tú estás enamorada?
-¡Hasta
las plaquetas de la sangre!
-Bueno,
aquí las mujeres en San Valentín regalan chocolate a sus amados.
-¿Y
al revés?
-
El mismo día del mes de marzo.
-Ohhhhh,
pero cielo, yo no sé dónde comprar y además me he venido sin un
céntimo.
-No
importa. A ver- se mojó un dedo en saliva y se lo pasó por el
rostro-. ¡Joder, qué chocolate más rico!
-¿Yo?
-Sí,
tú, ,mi chocolate preferido, un poquito de leche y el 90% chocolate
puro.
-Cabrón
eres, me estás diciendo que te lo hago pasar bitter.
-Hombre,
si no hubiera un poco de amargura ¿cómo ibamos a saber lo que es la
dulzura?
-Bueno,
¿y a qué esperas?
-¿Para
qué?
-Para
comerme , leche, que no tengo tanto tiempo. Me he dejado la mitad de
las cosas sin hacer.
-Oh,
¿tanto me quieres?
-Bien,
bien, ven acá, chocolatito.
Se
acercaron mútuamente, se fueron deshaciendo de las prendas
innecesarias y como si no hubieran probado nunca el chocolate, se
fueron lamiendo, mosdisqueando, chupandito aquí y allí. A veces
chocolate con leche y azucar, a veces bitter 100%. Se iban calentando
y se iban fundiendo....
Cuando
terminaron, satisfechos, uno al lado del otro, besándose con la
dulzura de los ángeles, cayeron en el sueño.
A
la mañana siguiente, ella ya no estaba, había vuelto y la boca de
él era un caos de sabores mezclados de chocolate. El descanso había
sido perfecto. Cuando ambos, cada cual en su sitio se miraron al
espejo, casi gritaron. Los rostros estaban tan churretosos de
chocolate como los de los niños pequeños que queriendo metérselo
en la boca se lo restriegan por todo el rostro.
Besos
de miel y chocolate.
Abrasos
de asuca cande.
Ternura
de ángeles celestes.
¿Quién
da más?
Nadie.
Me
muero por verte.
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