LA CASA DESTRUIDA
Hoy me pedís que os cuente una de esas
historias que tanto os gustan. Pues bien, en esta ocasión, os contaré un
cuento. Este cuento ni lo he inventado yo, ni lo he escrito yo. No hay nada en
él que me pertenezca...
Se
lo escuché en cierta ocasión a una viejecita que tenía un nombre curioso:Vida.“Erase una vez- como es
lógico, este cuento comienza como todos los cuentos-. Erase una vez-decía- una
casa muy hermosa. De hermosura y belleza indefinibles. Erase una casa que
parecía un palacio. Baste con esto para definirla. Cierto día- como en todos los cuentos-
comenzaron a ocurrir ciertos hechos muy extraños.
Sí, de pronto, sin saber cómo ni por
qué, se comenzaron a romper los cristales
de las ventanas, se hicieron profundas grietas en las paredes, se removieron
los cimientos... se comenzó a caer el tejado.
Lógicamente,
las gentes que la habitaban se fueron del lugar esparciéndose por el mundo. Así
uno, dos, tres días..., hasta que todas las piedras estuvieron en el suelo y en los alrededores no había
nadie. Las piedras, el techo, todo era hermosísimo, digno de las manos del mejor de los orfebres. Tan misterioso suceso
llegó a oidos de un famoso arquitecto que vino al lugar, observó los restos de
la casa y se propuso reconstruirla.
Trabajó duramente, durante mucho tiempo,
en la reconstrucción de la casa. Esfuerzo y tesón inútiles porque la casa nunca
más volvió a estar en pié”. Y como es lógico en todos los cuentos, la viejecita
dijo aquello de :”Colorín, colorado, este cuento se ha acabado...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario